PROLOGO
INFIERNO LA VIDA
Los escritos de León de Almeida no resultan de fácil lectura. El lenguaje cotidiano se ausenta de la tinta que baña imagen y metáfora, además de que la anfibología que provoca en el lector con su manera peculiar de ubicar las palabras o cortar el ritmo, crea murallas, impedimentos para deslizarse por lo subjetivo, intimo surrealismo de los sentimientos. Sin embargo, al acercarse a lo que dice, se llega al umbral donde el dominante sufre el delirio último de morir cada día.
Densidad y lujuria juego de reclamo y lamento orgasmos que no basan y se intuyen en el averno plagado de fálicos poemas, forman el laberíntico mundo donde habita desesperanza a pesar de la fiebre en cada sexo.
Hay lirios, pero también escorpiones y nuevas súplicas con ojos, que solo iluminan fango, excoria, tumefacciones, abismos, conciencia que sangra: infierno la vida, cuestionada antes del acto de fenecer.
A
Isabel,Ana,Argenis y Winston
VOX NÚBIL
Heme aquí vociferando mordaz augurio
erguiste como daifa suplicante mi núbil esgrima
que en recodo eterno destila voces
vierte en tu desdén mi casta
purificate con mi ansia rota
y si aun deseas revivir la flama
en mil llamados prolifera
con timpánico retumbo
entonces iré en pos de ti
hasta tu estercolado trono
Heme aquí vociferando mordaz augurio
erguiste como daifa suplicante mi núbil esgrima
que en recodo eterno destila voces
vierte en tu desdén mi casta
purificate con mi ansia rota
y si aun deseas revivir la flama
en mil llamados prolifera
con timpánico retumbo
entonces iré en pos de ti
hasta tu estercolado trono
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